y me apresuré para poder alcanzarlas.
Al llegar todas hablaban con un acento raro, y
dijeron:
-¡Ahhh! Un bisho rarou. Dijeron sorprendidas
y asustadas.
Empezaron a huir de mí y yo exclamé:
-¡No yo no soy un bicho raro soy una mariquita
como vosotras, me llamo José.
Se pararon y se volvieron hacia mí y
dijeron:
-Tú no eres una mariquita, eres azul
y las mariquitas somos rojas.
-¿Y qué? Protesté triste.
-Pos que pareses un trapo azul, fuera
de aquí bisho rarou.
Todos se rieron de mí y me fui corriendo;
sola a dónde sea estaré mejor que en aquel
lugar. Corría y corría Pero no podía ni
ver con las lágrimas que me caían sobre
las mejillas y ¡Cataplum! Me estampé
con ¡una avispa! Parecía bastante enfadada
y me dijo:
-Auuu pero qué has hecho. Dijo lloriqueando
-Lo siento mucho no pretendía hacerle
daño es que… iba corriendo triste y…
Pos que pareses un trapo azul, fuera
de aquí bisho rarou
di cuenta de que mi tamaño se estaba reduciendo:
¡ estaba disminuyendo! Luego me caí al suelo (porque me
sentía débil) y me dormí.
La mañana siguiente me desperté por dos cosas: un
sonido (bzzz) que se parecía a unas alas y luego
por una voz tan dulce y tierna la que decía:
“A trabajar chicos, que hoy es un día muy especial, queremos
hacerlo lo mejor que podamos.”
Me quedé pasmada cuando dijo “Chicos” y “ trabajar”,
porque, primero, yo no soy un chico (mi NOMBRE es
LAURA) y es verano, como mucho ayudo por la casa:
hago los deberes si tengo, preparo la comida, tiendo
la ropa… Yo NO trabajo en verano.
Después de acostumbrarme al ruido, pude abrir los ojos.
Me levanté y me quedé en shock, porque alrededor
mía, todo, repito T-O-D-O estaba cubierto de miel (yo
odio la miel) y las personas no eran humanos, eran
¡ABEJAS! Me fui al primer espejo o charco y me miré
en mi reflejo ¡ yo también era una abeja! Me sentí
mal porque quería irme a casa y no sabía qué
hacer en ese instante; nunca me había convertido en un
insecto.
Pasados unos minutos, alguien me dijo con furia:
“¿Qué estás haciendo ahí? Tienes que estar ayudando”.
“Perdón, yo no soy de aquí, en realidad no soy una abeja.”