Ramón el moscardón
-Esta mañana al despertarme me he notado algo
raro. Al entrar al aseo, iba a lavarme los dientes.
¡Aaah! he pegado un grito grandísimo. No era
yo, ¡me había convertido en una mosca muy grande.
Me he ido por la ventana, para que no me vieran
mis padres. ¡Qué maravilla! podía volar. Solo que
no controlaba bien mis alas y parecía un moscardón
Ramón el moscardón
-Esta mañana al despertarme me he notado algo
raro. Al entrar al aseo, iba a lavarme los dientes.
¡Aaah! he pegado un grito grandísimo. No era
yo, ¡me había convertido en una mosca muy grande.
Me he ido por la ventana, para que no me vieran
mis padres. ¡Qué maravilla! podía volar. Solo que
no controlaba bien mis alas y parecía un moscardón
borracho, de lado a lado de la calle hasta
me he chocado con una farola y ¡menudo chichón!
Como no sabía que hacer, me quise acercar
a mi colegio. ¡Qué bien! allí estaban todos mis
amigos. Yo por un momento no me acordaba
de mi transformación y he entrado a mi clase. Todos
mis compañeros se han puesto histéricos y mi seño los
ha tranquilizado y ha abierto las ventanas para
que me fuera.
Yo de tanto grito me he puesto tan nervioso que
cuando quería escapar, me fui a la única ventana
que estaba cerrada y ¡plas! otro chichón. Creo
que esto de ser insecto no es lo mío.
Me he ido a un jardín, no sabía que hacer, entonces
me he encontrado con un montón de mosquitos que huían
al verme ¡también se asustaban!. Al poco tiempo
han venido un montón de moscas y de moscardones
y se han puesto a hablar conmigo, como si me
conocieran de siempre. Por fin ya estaba tranquilo,
me dijeron de jugar a un partido de baloncesto y les
dije que sí. La pelota era una bolita de papel. Y
empezó el partido, nos pasábamos la pelota, pero
qué malo soy en el baloncesto, ni volando colaba ni
una canasta.
Después nos hemos ido a un lago que había muy
borracho, de lado a lado de la calle hasta
me he chocado con una farola y ¡menudo chichón!
Como no sabía que hacer, me quise acercar
a mi colegio. ¡Qué bien! allí estaban todos mis
amigos. Yo por un momento no me acordaba
de mi transformación y he entrado a mi clase. Todos
mis compañeros se han puesto histéricos y mi seño los
ha tranquilizado y ha abierto las ventanas para
que me fuera.
Yo de tanto grito me he puesto tan nervioso que
cuando quería escapar, me fui a la única ventana
que estaba cerrada y ¡plas! otro chichón. Creo
que esto de ser insecto no es lo mío.
Me he ido a un jardín, no sabía que hacer, entonces
me he encontrado con un montón de mosquitos que huían
al verme ¡también se asustaban!. Al poco tiempo
han venido un montón de moscas y de moscardones
y se han puesto a hablar conmigo, como si me
conocieran de siempre. Por fin ya estaba tranquilo,
me dijeron de jugar a un partido de baloncesto y les
dije que sí. La pelota era una bolita de papel. Y
empezó el partido, nos pasábamos la pelota, pero
qué malo soy en el baloncesto, ni volando colaba ni
una canasta.
Después nos hemos ido a un lago que había muy