No me había dado cuenta de que ya
eran las 9:00, así que tuve que ir volando,
nunca mejor dicho. Cuando llegué a
mi colegio, todos eran persona, nadie se
había convertido en un insecto. Pero a mí
me dio igual, pensaba que me iban a
reconocer, pero no fue así, cuando entré a
mi clase todos empezaron a chillar y a
pegarme y a decirme que me fuera. Yo me
sentía muy triste…¡Hasta que me acordé
de que era una avispa, y que las avispas
pican…! Entonces me puse manos a la obra,
tenía pensado irme de allí, pero no antes de
haber dado una lección, a esas personas que
me chillaban, pegaban… Empecé por el niño
que más odiaba en este mundo, Pepito,
fui hacia él y… ¡Toma en todo el moflete!
Empezó a llorar, la verdad que en ese
momento me sentí un poco mal, pero se
lo merecía. Luego piqué a otros niños, que
tampoco me caían muy bien. Y mientras
estaba picando a Jaimito, me acordé de
la niña más repelente que te puedas imaginar,
Juliana. Jajaja siempre se estaba metiendo
conmigo, y con mis amigas, y le iba hacer
No me había dado cuenta de que ya
eran las 9:00, así que tuve que ir volando,
nunca mejor dicho. Cuando llegué a
mi colegio, todos eran persona, nadie se
había convertido en un insecto. Pero a mí
me dio igual, pensaba que me iban a
reconocer, pero no fue así, cuando entré a
mi clase todos empezaron a chillar y a
pegarme y a decirme que me fuera. Yo me
sentía muy triste…¡Hasta que me acordé
de que era una avispa, y que las avispas
pican…! Entonces me puse manos a la obra,
tenía pensado irme de allí, pero no antes de
haber dado una lección, a esas personas que
me chillaban, pegaban… Empecé por el niño
que más odiaba en este mundo, Pepito,
fui hacia él y… ¡Toma en todo el moflete!
Empezó a llorar, la verdad que en ese
momento me sentí un poco mal, pero se
lo merecía. Luego piqué a otros niños, que
tampoco me caían muy bien. Y mientras
estaba picando a Jaimito, me acordé de
la niña más repelente que te puedas imaginar,
Juliana. Jajaja siempre se estaba metiendo
conmigo, y con mis amigas, y le iba hacer
pagar por ello, y así fué, le pegué el
mejor picotazo del mundo, de la historia…
Vamos que si dieran un premio al mejor
picotazo, me lo llevaría yo, y con diferencia
a todos los demás. Después de dar merecidos
a todos los que se lo merecían, me fui de
allí. Y me fui al colegio de insectos,
la verdad es que me lo pasé muy bien,
jugué con mis nuevas amigas avispas, y
ellas sí que me entendían, porque ellas
al ser avispas hablaban el mismo idioma
que yo el idioma avispero.
Y así es mi vida de avispa, es una historia
graciosa, porque todas las avispas tenemos chispa.