Al día siguiente me desperté a causa
de una voz despreciable. Era mamá gritando:
¡hijo dónde estás que llegamos tarde!
Yo rápidamente me levanté y fui con ella,
pero me sentía algo raro. Muy rápidamente
fui al pasillo, y al pasar por el
espejo de la entradita miré y dije:
¡Pero qué ha pasado si ayer medía 1 metro
con cuarenta y cinco y ahora… Solo 1 centímetro!
A continuación pude escuchar una
voz gritar ¡aaa! ¡un bicho! Y me dio un
golpetazo. Cuando desperté estaba
dolorido por la caída, luego escuché a
otro humano, me agarró de las patas y
gritó: ¡Un palo un palo es… un bicho
palo! Todos se fueron de la casa pero
escuchaba un barullo y fui a ver qué
pasaba. Era ¡un colegio lleno de “bichitos”!
Allí pude inscribirme porque pensaba
que lo de ser un bicho no iba a ser
un corto periodo.
1 año después seguía en el colegio
de “bichitos”, justo ese día estaba con
mis amigos bichitos jugando con las
pelotas de polvo de los rincones, cuando…
Al día siguiente me desperté a causa
de una voz despreciable. Era mamá gritando:
¡hijo dónde estás que llegamos tarde!
Yo rápidamente me levanté y fui con ella,
pero me sentía algo raro. Muy rápidamente
fui al pasillo, y al pasar por el
espejo de la entradita miré y dije:
¡Pero qué ha pasado si ayer medía 1 metro
con cuarenta y cinco y ahora… Solo 1 centímetro!
A continuación pude escuchar una
voz gritar ¡aaa! ¡un bicho! Y me dio un
golpetazo. Cuando desperté estaba
dolorido por la caída, luego escuché a
otro humano, me agarró de las patas y
gritó: ¡Un palo un palo es… un bicho
palo! Todos se fueron de la casa pero
escuchaba un barullo y fui a ver qué
pasaba. Era ¡un colegio lleno de “bichitos”!
Allí pude inscribirme porque pensaba
que lo de ser un bicho no iba a ser
un corto periodo.
1 año después seguía en el colegio
de “bichitos”, justo ese día estaba con
mis amigos bichitos jugando con las
pelotas de polvo de los rincones, cuando…
Al día siguiente me desperté a causa
de una voz despreciable. Era mamá gritando:
¡hijo dónde estás que llegamos tarde!
Yo rápidamente me levanté y fui con ella,
pero me sentía algo raro. Muy rápidamente
fui al pasillo, y al pasar por el
espejo de la entradita miré y dije:
¡Pero qué ha pasado si ayer medía 1 metro
con cuarenta y cinco y ahora… Solo 1 centímetro!
A continuación pude escuchar una
voz gritar ¡aaa! ¡un bicho! Y me dio un
golpetazo. Cuando desperté estaba
dolorido por la caída, luego escuché a
otro humano, me agarró de las patas y
gritó: ¡Un palo un palo es… un bicho
palo! Todos se fueron de la casa pero
escuchaba un barullo y fui a ver qué
pasaba. Era ¡un colegio lleno de “bichitos”!
Allí pude inscribirme porque pensaba
que lo de ser un bicho no iba a ser
un corto periodo.
1 año después seguía en el colegio
de “bichitos”, justo ese día estaba con
mis amigos bichitos jugando con las
pelotas de polvo de los rincones, cuando…