no os imagináis cuánto tendria que picar para
que se me pusiera la cara roja. Si no me
creéis probadla, cuando se me pasó, mi padre me dijo
que la guindilla que me había comido era una de las
más picantes del mundo y yo como era una bruta me la
metí entera en la boca. Al día siguiente cuando me desperté
descubrí que me había convertido en mosca. Como todos los días
mi madre entró a mi habitación a despertarme y
vio una mosca volando, era yo, pero mi madre no lo
sabía así que me persiguió por toda la habitación
para matarme pero al final se cansó y abrió la ventana
para que me fuera volando. Cuando salí me cerró
la ventana en todos los morros y me fui a dar
un voltio, todo era más grande y era súper divertido.
Cuando amaneció decidí volver a casa y vi a través
de la ventana y ¡mi madre aún estaba allí! Y encima
¡con un insecticida! no entré por miedo porque no quería
ser matada por mi propia madre así que dormí en
el jardín. Al día siguiente unas moscas pasaron y me
despertaron, me preguntaron si me iba con ellos al “mosquegio”
y yo les pregunté que qué era eso, me explicaron que
allí dabas clase así que les seguí porque no tenía ni
idea de dónde estaba el “mosquegio”. Cuando llegamos vi que
era una caja de zapatos que los humanos habían tirado, yo
me reí y entramos a clase, le pregunté al profesor que qué
al cole y todos se reían de mí por mi ropa era
cutrísima así que me compré otra me la puse y
me quedaba genial era superguapa y seguro
que esta les gustaría. Llegué al cole y les
gustó no sé por qué pero les gusto, era la más
popular del cole y con popular me refiero a
guay no a pija. Anocheció me fui a casa
dormí tranquila en la cama y al día siguiente
¡ya era humana! Me puse la ropa y me fui
al cole todos se reían de mí no sabía por qué
pero bueno, cuando llegué a casa también se
reían y yo seguía sin saber por qué pero al
final lo descubrí era que llevaba puesta ¡la
ropa de mosca! Me venía muy pequeña.
Ah sí se me olvidó decir que donde vivían las
moscas era MINI CITY