Era un día no muy chulo. No sé cómo
pero pasó. Os voy a contar ocurrió y sobreviví.
Me levanté y vi que las mantas habían aumentado
1.325.135.958 su tamaño. No pude comprobar
lo que tardé en salir de la cama. Aproximadamente
un día y medio. No lo pude saber porque
el reloj se había quedado encima de mi cama,
sobre las sábanas. No puedo describir la sensación
No pude comprobar
lo que tardé en salir de la cama. Aproximadamente
un día y medio.
que tuve al saltar de las cama, me veía muerto,
pero llegué y estaba vivito y coleando. Salí perfecto,
bueno casi perfecto. Me pasé un buen, buen no, buenísimo
rato mareado. Me caí 28 veces y me choqué contra
la pared 10 veces. Luego, fui a la cocina, que como
me imaginaba también había aumentado. Estaba
esperando ver a mi madre, alguien de mi
tamaño. Miré para todos los lados, porque ella
también debería estar buscándome. Pero
de repente vi unos zapatos que habían aumentado
1.325.135.958 su tamaño, exactamente lo
mismo que mis mantas. Luego seguí mirando
hacia arriba y… estaba mi madre. Saqué la
conclusión de que había disminuido yo. Me fui
al baño a lavarme la cara, y vi que era lo
suficiente pequeño para escalar por la pared.
Cuando conseguí lavarme la cara, luego me miré
al espejo, y era… una… persona. Convertida…
en… ¡hormiga!
Del espanto me caí hacia atrás, y desgraciadamente
como la pila está más alta que la
cama, el mareo duró más. He llegado a la conclusión
de que soy gafe. ¿Qué pudo ir peor? Me
transformé en hormiga, me caí 2 veces, mi madre no me
Pero
de repente vi unos zapatos que habían aumentado
1.325.135.958 su tamaño
hacía caso. Decidí que me iba de casa a buscar mundo.
Ya que la vida en casa era muy difícil, a lo
mejor me daban un pisotón, más pronto que tarde,
además las hormigas viven fuera de mi casa. Lo que más
me fastidiaba era que mi padre es exterminador de insectos.
Esa fue la principal razón por la que me marché de
casa. De hecho, yo a veces le había ayudado a matar
algunos bichos, sobre todo hormigas que las odiaba.
Creo que mi transformación fue algo que el destino
hizo a propósito. Me fui al jardín de mi casa,
a ver si encontraba comida. Que mi barriga hacía:
—Grgg, come algo, grrg, o me como los órganos, grrg
“por fa”, grrg. Conseguí comer unas cuantas semillas
Pesaban más de lo que piensas. Encontré un hormiguero
y me aceptaron allí, como si fuera su hermano.
Me dieron comida, agua y calor. ¡Estaba de lujo!
Luego salí y fui al bosque. Estaba a 1,5m del jardín,
pero 1,5 m de humano. Allí oía a mis padres buscándome
y llorando. Creo que llamaron a la
policía para solucionar el problema. Decidí escribirles.
Pero lo “xungo” es que tenía que aumentar las
letras 1.325.135.958 a mi tamaño y eso costaba.
Escribí: “Soy Andrés, vuestro hijo, me he transformado
en una hormiga, no quiero estar en casa
por si papá, o tú me matáis. Andrés”, y se lo dejé