HORMIGAS:
el imperio contraataca
Me desperté un día cualquiera, eran las 11:30 y abrí
la ventana para respirar aire fresco y cuando
abrí la boca ¡me tragué una mosca! no tuve mas
remedio que aguantarme. Luego me di cuenta de que
mi amigo Aitor Tilla estaba en la puerta de mi
casa, había quedado con él y no me acordaba.
Me vestí y me fui con Aitor al campo. Llevábamos
un rato ahí y de repente me dio un apretón
y me puse a plantar un pino detrás de un
pino y me tuve que limpiar con una hoja. Seguimos
andando y llegamos a un sitio lleno de hormigas,
Aitor y yo pisamos a casi todas. Era muy tarde
y yo me fui a mi casa.
Al día siguiente me desperté y la cama era gigante.
Como todos los días, abrí la ventana y me caí, me
hice mucho daño pero además caí en la caca de
mi perro Chopito. Fui a darme un paseo hasta que
llegué a un laboratorio para que me explicaran algo,
pero debí llegar al laboratorio de sordos y ciegos porque
nadie me veía ni me escuchaba. Al día siguiente no
sabía dónde ir, vi venia hacia mí y me pisó, además
había pisado una caca y me llenó.
Era por la tarde, yo seguía caminando por la vida
sin pausa, pero sin prisa. De pronto, crecí un poco,
luego un poco más y más y más ¡Era como 5 humanos
de grande! Pero había un problema, olía mal, pero no
mal, MUY MAL. Pensé que si era gigante podría
vengarme un poquito y fui a pisar humanos,
para que vean que no es divertido. Iba por las
calles gritando: ¡Os debería abandonar hasta Rexona!
¡Os debéis quedar sin Kalise!
FIN
Me hubiera gustado volver ser humano, pero la vida
no es siempre como quieres, aunque el destino cambia,
debes ser feliz.
calles gritando: ¡Os debería abandonar hasta Rexona!
¡Os debéis quedar sin Kalise!
FIN
Me hubiera gustado volver ser humano, pero la vida
no es siempre como quieres, aunque el destino cambia,
debes ser feliz.