vi no se parecía en nada: las paredes eran todo hexágonos
amarillos; la colmena por dentro tenía el tamaño de un
centro comercial en dimensiones de abeja; muchas abejas
revoloteaban de un lado a otro cargando miel, suministros
de polen o artículos de “compra”; había distintas tiendas o
servicios (no me refiero a los baños),como en un centro
comercial….¡Ah! Y los hexágonos que marcaban los servicios
y tiendas tenían colores más intensos o suaves que los
hexágonos normales. Como más tarde descubrí, esto se
consigue añadiendo materiales básicos naturales, incluida
el agua. Se ve que las abejas obreras han estado observando
a los humanos durante años y han ido imitando sus
costumbres, para vivir mejor de una manera muy sofisticada.
Me acerqué a uno de los primeros establecimientos
que vi y enseguida creo que puse cara de desesperación;
en el cartel superior se leía:
OISANMIG NELLOP TROPS
La traducción estaba clara: era “Gimnasio Pollen Sport”,
pero ¡no me digas que aquí se escribe igual que en los
colegios de Marte (o parecido), cuando me fui de intercambio!
De repente noté que alguien me agarraba y probé con
lenguaje marciano, pero ya digo que no funcionó. Pasamos
por una gran puerta hexagonal hecha de lo que parecía
cristal y al entrar a la sala, los dos individuos que me
cogían me tiraron al suelo. Me incorporé agitando las alas
polen que, como en las huellas dactilares humanas, sólo tengo yo.
Nada más tocar el hexágono, lo que lo cubría se desvanecería para
que yo entrara, me aseguró. Yo creí que dormiría sentada en el
hexágono, pero cuando se desvaneció la extraña barrera y me
metí por el agujero, llegué a la conclusión de que las
abejas trabajan con tecnología 5D. Mi habitación tenía
paredes anaranjadas sin hexágonos, y con dos ventanas pentagonales
(símbolo); también tenía un baño, que aún no he probado (símbolo); una cómoda
cama; salón; una televisión de la prestigiosa marca CV, “Colme
Visión”, con la que todas las abejas bromean llamándola “El Colmo
de la Visión”; cocina…no hay, por muy apartamento que sea.
Además, hay abejas que cocinan mejor que yo. Me fijé en un cartel
de tela de araña en el que ponía:
(símbolo)
Intuí que eran los horarios seguros para salir de la colmena.
En a.m., el 8 está claro y en el p.m., el 24; no obstante, si giras
esta redacción verás que los otros dos números son el 7 y el 11.
¡Ah, y se nota que la (símbolo) es como la H!.
Como ya eran horarios seguros, salí a tomar el aire. Poco a
poco podía volar, pero bajo, por si me la pegaba. Ahí es donde
conocí a dos amigos muy diferentes a los humanos, pero que me
cayeron genial: eran Melanie y Pole, que en realidad se llama
Poleón, sin el “Na” al principio. No “Napoleón”, sino “Poleón”.
Me invitaron a ir al concierto de Juanma Grillo, el gran