Yo estaba estudiando para la prueba de
matemáticas que teníamos a primera
hora, de repente una sombra muy grande
me impedía leer bien los apuntes, levanté la
cabeza y eran ellas, las chicas de la
pandilla… Martina, que es la “líder” del grupo
vino hacia mi.
-¿Qué quieres? le pregunté.
-¡Ehh, chicos venid a ver a la empollona y
marginada de todo el colegio!
Todos se acercaron a verme riéndose de mí
y tocándome la cara un poco agresivamente…
pero yo no les dije nada, no quería más
peleas, me fui corriendo a mi casa y
ese día me quedé en casa y no fui al
colegio.
Mi madre me dijo asustada:
-¿Qué te pasa, María?
-Peleas… le contesté
Y subí las escaleras para irme a mi habitación,
me tumbé en la cama y dije varias veces:
-Ojalá me convierta en un animal, ojalá
me convierta en un animal… así no tendría
estos problemas… y así sucesivamente. Dormí
un poco para relajarme y después de
podía creer.
-¡Era una mariquita!
Mi madre subió y me asusté mucho
me pegué a su chaqueta como si
fuera un botón y poco a poco me fui
bajando hasta llegar a mi cama ahí
conversé con mi madre y le expliqué
lo que me había pasado.
Saqué la “conclusión”:
-Puede ser que sea porque el otro día
dije que quería ser un animal para no
tener estas peleas… algo mágico
Días después pensé que podía ser
una especie de maga o algo parecido
ya que pedí convertirme en animal
y se ha hecho realidad.
María quiso comprobar si era una
maga de verdad. Pidió ser una vaca
y al día siguiente toda mi habitación
era como la que podría tener una vaca.
No sólo pasaba con ella
sino que pidió:
-¡Qué mi hermana sea un bicho bola!
Así sucesivamente, al día siguiente
era así.