le expliqué triste aunque sorprendido por
su reacción del principio
explicándole cuando me interrumpió y dijo:
-¡Por qué, qué te ha pasado!
Avergonzado de lo que había pasado anteriormente,
solté sin más lo que pasó. Al
acabar observé que la avispa estaba un
poco disgustada y le pregunté:
-¿Qué te pasa?
-Yo también era un humano como tú. Dijo
deprimida.
-¿En serio? ¿Y cómo te has convertido en una
avispa. Pregunté muy sorprendido y aliviado
de no ser el único que le había pasado
eso, diera igual el motivo. Y entonces
me explicó:
-Un día con mis amigos paseando y
nos encontramos un lago de residuos tóxicos,
haciendo los tontos… me caí. Explicó
dramáticamente.
-Alaaa. Dije sorprendido.
-y así es cómo me he quedado, como
una inútil avispa sin rayas. Dijo Carl.
-No te lo tomes así, seguro que encontraremos
una solución. Dije consolándole.
Por la noche descansamos para reparar fuerzas.
Al día siguiente, por la mañana,
muy decidido dije:
-Vamos a volver a ser humanos
-¡Qué! ¿Cómo? Dijo sorprendido.
-No lo sé, probaremos de todo magia
pociones. Dije convencida.
-¡Ah! Yo conozco a uno que tiene
muchas pociones e ingredientes. Dijo Carl.
-Pues entonces manos a la obra. Dije
entusiasmado
Andamos y andamos hasta que en frente
de una calle, nos paramos; ahí
se encontraba la casa del amigo de Carl.
Pero teníamos un grave problema; la
carretera es la peor cosa que te
puedes encontrar para un insecto. A
continuación estaba pensando cómo pasar
la calle cuando de repente… veo a
Carl cruzando la calle. Desde la
lejanía podía ver como un camión
se acercaba rápidamente y exclamé
-¡Carl cuidado!
Demasiado tarde el camión había
arroyado a Carl, siendo fuerte