¡Soy una mariquita!
¡No sabéis lo que me acaba de pasar! Al despertarme,
¡me he convertido en una mariquita azul!
¿Y, ahora qué debo hacer? Pensando se me ha
Ocurrido volar pero… no ha salido como yo
pensaba, por suerte he conseguido salir de
mi habitación por la ventana, casualmente
he aterrizado en una flor; y desde allí pude
ver como un grupo de mariquitas caminaban
y me apresuré para poder alcanzarlas.
Al llegar todas hablaban con un acento raro, y
dijeron:
-¡Ahhh! Un bisho rarou. Dijeron sorprendidas
y asustadas.
Empezaron a huir de mí y yo exclamé:
-¡No yo no soy un bicho raro soy una mariquita
como vosotras, me llamo José.
Se pararon y se volvieron hacia mí y
dijeron:
-Tú no eres una mariquita, eres azul
y las mariquitas somos rojas.
-¿Y qué? Protesté triste.
-Pos que pareses un trapo azul, fuera
de aquí bisho rarou.
Todos se rieron de mí y me fui corriendo;
sola a dónde sea estaré mejor que en aquel
lugar. Corría y corría Pero no podía ni
ver con las lágrimas que me caían sobre
las mejillas y ¡Cataplum! Me estampé
con ¡una avispa! Parecía bastante enfadada
y me dijo:
-Auuu pero qué has hecho. Dijo lloriqueando
-Lo siento mucho no pretendía hacerle
daño es que… iba corriendo triste y…
le expliqué triste aunque sorprendido por
su reacción del principio
explicándole cuando me interrumpió y dijo:
-¡Por qué, qué te ha pasado!
Avergonzado de lo que había pasado anteriormente,
solté sin más lo que pasó. Al
acabar observé que la avispa estaba un
poco disgustada y le pregunté:
-¿Qué te pasa?
-Yo también era un humano como tú. Dijo
deprimida.
-¿En serio? ¿Y cómo te has convertido en una
avispa. Pregunté muy sorprendido y aliviado
de no ser el único que le había pasado
eso, diera igual el motivo. Y entonces
me explicó:
-Un día con mis amigos paseando y
nos encontramos un lago de residuos tóxicos,
haciendo los tontos… me caí. Explicó
dramáticamente.
-Alaaa. Dije sorprendido.
-y así es cómo me he quedado, como
una inútil avispa sin rayas. Dijo Carl.
-No te lo tomes así, seguro que encontraremos
una solución. Dije consolándole.
le expliqué triste aunque sorprendido por
su reacción del principio
explicándole cuando me interrumpió y dijo:
-¡Por qué, qué te ha pasado!
Avergonzado de lo que había pasado anteriormente,
solté sin más lo que pasó. Al
acabar observé que la avispa estaba un
poco disgustada y le pregunté:
-¿Qué te pasa?
-Yo también era un humano como tú. Dijo
deprimida.
-¿En serio? ¿Y cómo te has convertido en una
avispa. Pregunté muy sorprendido y aliviado
de no ser el único que le había pasado
eso, diera igual el motivo. Y entonces
me explicó:
-Un día con mis amigos paseando y
nos encontramos un lago de residuos tóxicos,
haciendo los tontos… me caí. Explicó
dramáticamente.
-Alaaa. Dije sorprendido.
-y así es cómo me he quedado, como
una inútil avispa sin rayas. Dijo Carl.
-No te lo tomes así, seguro que encontraremos
una solución. Dije consolándole.
le expliqué triste aunque sorprendido por
su reacción del principio
explicándole cuando me interrumpió y dijo:
-¡Por qué, qué te ha pasado!
Avergonzado de lo que había pasado anteriormente,
solté sin más lo que pasó. Al
acabar observé que la avispa estaba un
poco disgustada y le pregunté:
-¿Qué te pasa?
-Yo también era un humano como tú. Dijo
deprimida.
-¿En serio? ¿Y cómo te has convertido en una
avispa. Pregunté muy sorprendido y aliviado
de no ser el único que le había pasado
eso, diera igual el motivo. Y entonces
me explicó:
-Un día con mis amigos paseando y
nos encontramos un lago de residuos tóxicos,
haciendo los tontos… me caí. Explicó
dramáticamente.
-Alaaa. Dije sorprendido.
-y así es cómo me he quedado, como
una inútil avispa sin rayas. Dijo Carl.
-No te lo tomes así, seguro que encontraremos
una solución. Dije consolándole.
Carl me dijo que él usaba agua del
mar en su cocina; así que lo tenía
fácil. Cuando llegué cogí un vaso y
lo rellené y después me puse a
pensar dónde podría haber un gusano.
¡Ah! Ya sé, me acuerdo que en mi
jardín, vivía un gusano cerca de la
casa del árbol, así que empecé a andar
hasta que llegué al árbol y me encontré
al gusano leyendo encima de una hoja,
y dije:
-Hola, señor gusano
-Hola. Contestó, el señor gusano
-Necesito una cosa, y no sé si usted
me la podría dar. Dije educadamente.
-¿Qué quieres? Preguntó
-No tendrías cofines.
-¿Cofines? Eso no existe. Dijo el gusano extrañado.
-¡Lo sabía, sabía que me estaba engañando
el amigo de Carl. Bueno gracias de todas
formas señor gusano, adiós.
Me fui antes de echar a llorar me
fui a una piedra y empecé a llorar
de repente ¡empecé a alucinar! Me mareé
oh ooh ooo ¡Cataplum! me desmayé y…
¡Ahhh! Me desperté en mi cama, ¡había
sido todo un sueño!
Carl me dijo que él usaba agua del
mar en su cocina; así que lo tenía
fácil. Cuando llegué cogí un vaso y
lo rellené y después me puse a
pensar dónde podría haber un gusano.
¡Ah! Ya sé, me acuerdo que en mi
jardín, vivía un gusano cerca de la
casa del árbol, así que empecé a andar
hasta que llegué al árbol y me encontré
al gusano leyendo encima de una hoja,
y dije:
-Hola, señor gusano
-Hola. Contestó, el señor gusano
-Necesito una cosa, y no sé si usted
me la podría dar. Dije educadamente.
-¿Qué quieres? Preguntó
-No tendrías cofines.
-¿Cofines? Eso no existe. Dijo el gusano extrañado.
-¡Lo sabía, sabía que me estaba engañando
el amigo de Carl. Bueno gracias de todas
formas señor gusano, adiós.
Me fui antes de echar a llorar me
fui a una piedra y empecé a llorar
de repente ¡empecé a alucinar! Me mareé
oh ooh ooo ¡Cataplum! me desmayé y…
¡Ahhh! Me desperté en mi cama, ¡había
sido todo un sueño!