UN DÍA DE LO MAS EXTRAÑO.
Aquella noche me acosté extrañado, ya que pensaba
que estaba menguando.
Al día siguiente, nervioso me miré el cuerpo y…
Madre mía, ¡era un insecto! solo que no sabía de
qué tipo era, por eso fui saltando de mota de polvo
en mota de polvo, ya que era muy pequeño.
solo un día, pero después de deberes nos ponían
un montón.
Mi día a día era muy divertido, ya que realizábamos
muchas actividades, como pasear, carreras,
juegos, etc…
Todas las noches pensaba cómo estarían mis padres
al ver que había desaparecido, pero poco
a poco me fui olvidando de ellos, los días con mis
amigos moscas eran los más divertidos ya que conocíamos
insectos nuevos como: Jordi el bicho bola, Jesús
la abeja, Adrián el ciempiés, y muchos más con los
que jugábamos y nos lo pasábamos bien.
Poco a poco nos fueron llegando cartas de que un hombre
iba a venir al lugar donde nos alojábamos las moscas.
Cada vez estábamos más nerviosos porque queríamos
ver de quién se trataba en esa carta.
Cuando llegó el día, vimos llegar a la puerta
una gran limusina negra, de la cual salían tres
personas, cuando tocaron la puerta, les abrimos y…
¡Era un brujo!
Estuvimos un rato hablando y nos dijo que nos
había puesto este hechizo para que aprendiéramos
a convivir con otras especies y también nos dijo
que el día siguiente cuando nos levantáramos estaríamos
en nuestras casas con nuestros respectivos cuerpos.
solo un día, pero después de deberes nos ponían
un montón.
Mi día a día era muy divertido, ya que realizábamos
muchas actividades, como pasear, carreras,
juegos, etc…
Todas las noches pensaba cómo estarían mis padres
al ver que había desaparecido, pero poco
a poco me fui olvidando de ellos, los días con mis
amigos moscas eran los más divertidos ya que conocíamos
insectos nuevos como: Jordi el bicho bola, Jesús
la abeja, Adrián el ciempiés, y muchos más con los
que jugábamos y nos lo pasábamos bien.
Poco a poco nos fueron llegando cartas de que un hombre
iba a venir al lugar donde nos alojábamos las moscas.
Cada vez estábamos más nerviosos porque queríamos
ver de quién se trataba en esa carta.
Cuando llegó el día, vimos llegar a la puerta
una gran limusina negra, de la cual salían tres
personas, cuando tocaron la puerta, les abrimos y…
¡Era un brujo!
Estuvimos un rato hablando y nos dijo que nos
había puesto este hechizo para que aprendiéramos
a convivir con otras especies y también nos dijo
que el día siguiente cuando nos levantáramos estaríamos
en nuestras casas con nuestros respectivos cuerpos.
Al saberlo montamos una fiesta de despedida, donde
nos lo pasamos muy bien.
A la mañana siguiente aparecimos en nuestras casas
y les dijimos a nuestros padres todo lo que había
pasado en el tiempo que habíamos estado ausentes.
En el fondo pensé que había mucho en el otro estado,
pero no lo cambiaría por estar con mis padres.
FIN.